Una de las especialidades gastronómicas de Extremadura son los quesos. El viaje a través de las numerosas regiones queseras de la región lleva al descubrimiento de exquisitos sabores y texturas inesperadas.
En Extremadura se encuentran tres quesos con nombre propio: Torta del Casar, La Serena e Ibores. La Torta del Casar es un queso elaborado con leche de oveja, cuajada con la adición de pistilos de cardo salvaje. El resultado es una pasta cremosa, un verdadero manjar, que se come untándola en el pan. Su área de desarrollo comprende municipios de las comarcas de los Llanos de Cáceres, Sierra de las Fuentes y Montánchez.
El cuajo de cardo silvestre’también se usa con el queso de La Serena, pero para su elaboración sólo se utiliza leche de oveja merina. Una de las curiosidades de su elaboración es que se necesita la leche de 15 ovejas para obtener un kilo de queso. Se unta en el pan y es típico de la región de La Serena.
La tercera joya de la corona, el queso Ibores, está hecho con leche de cabra. Se produce en las regiones de Los Ibores, Las Villuercas, La Jara y Trujillo, donde hay una gran variedad de plantas aromáticas responsables de la exquisita leche de los animales. Se puede encontrar con corteza, untada en aceite o pimentón, en su estado natural.
Hay otras siete zonas de producción de queso en Extremadura además de estos tres quesos populares: Alburquerque, Acehúche, Tierra de Barros, Cáceres, Gata-Hurdes, La Siberia y La Vera. Allí se pueden degustar otras especialidades como la quesaílla, también conocida como merendera porque se consume de inmediato en la merienda; el queso de Acehúche, cuyo mal olor no se corresponde en absoluto con su sabor; el queso de cabra de la Vera, untado con el popular pimentón de la Vera, por supuesto; o variedades premiadas como la Torta de los Barros o el rulo de cabra.
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