La historia de la edificación de la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, en Llerena, Badajoz, junto a Sierra Morena en la Comunidad Autónoma de Extremadura, va unida a un milagro y a una leyenda…. O a la leyenda de un milagro, según se mire.
Cuando los guerreros cristianos de la Orden de Santiago intentaban recuperar la ciudad de Ellerina del dominio árabe, estos se replegaron en la Plaza Mayor. El difícil acceso parecía imposibilitar la victoria, comenzando a replegarse, cuando cuenta la leyenda que gozaron de la visión de la Virgen sujetando en su mano una granada como símbolo de unidad. Enardecidos por el milagro consiguieron la victoria y sobre la mezquita existente levantaron la que es uno de los emblemas de Llerena, la iglesia de Nuestra Señora de la Granada.
Inicialmente fue un templo gótico edificado entre finales del siglo XIII y primera mitad del XIV. Destaca por su originalidad en la construcción y por sus contenidos artísticos, pero sobre todo por su significación histórica, siendo uno de los templos más populares de toda Extremadura.
Esta ubicada en el centro de la ciudad. De la primitiva iglesia mayor, de estilo gótico poco queda, los dos primeros cuerpos de la Torre y en el interior, la capilla de los Zapata o de San Juan Bautista y la capilla del Prior
Su fachada principal, repleta de arquerías preside la Plaza Mayor, donde también esta el Ayuntamiento. Además en esta fachada destaca una vistosa doble balconada/galería con arcadas desde las que se contemplaban primero los Autos de Fe durante la época de la Inquisición y posteriormente otros acontecimientos públicos y espectáculos, sobre todo taurinos.
La iglesia tiene dos símbolos, el más vistoso es su portentosa torre/campanario y el más representativo es la Puerta del Perdón.
La torre/campanario es de ladrillo se asienta sobre la original base mudéjar, aunque el alzado es totalmente barroco, del siglo XVIII, muy posterior a la edificación del cuerpo principal de la iglesia.
La Puerta del Perdón es original del siglo XIV, con arquivoltas apuntadas -una de ellas con leones esculpidos- guardapolvos de punta de diamante y tejaroz con canecillos.
La traza actualmente conservada nos da como resultado una iglesia de planta de salón, de espacio uniforme, someramente compartimentado, con tres naves de altura muy similar separada por columnas de cantería con decoración renacentista.
Marga G.- Chas Ocaña