La Comarca de la Sierra de Gata, en el extremo norte de Extremadura, es un paraíso natural que ha permanecido casi virgen debido a su aislamiento. Para los amantes del medio natural es fuente inagotable de aventuras y vivencias por la variedad de sus paisajes y por la cantidad de actividades que se pueden realizar al aire libre y para los amantes del descanso, las visitas culturales y la gastronomía es una zona con mucho encanto porque al igual que su naturaleza se ha preservado con los años, lo mismo ha pasado con sus pueblos, por lo que podemos visitar aldeas que mantienen vivas todas las tradiciones y el encanto de épocas pasadas, tanto en su cultura, arquitectura, como fiestas y costumbres.
Durante una estancia primaveral en la serranía de Gata se pueden visitar pueblos como Cilleros, Trevejo, Villamiel, San Martín de Trevejo, Eljas, Valverde del Fresno, Hoyos, Acebo, Perales del Puerto, Villasbuenas de Gata, Santibáñez el Alto, Hernán Pérez, Torrecilla de los Ángeles, Villanueva de la Sierra, Torre de Don Miguel, Gata, Cadalso, Descargamaría y Robledillo de Gata. Todos ellos son claros ejemplos de la arquitectura popular serrana, sus callejuelas guardan todo el sabor del pasado y un paseo entre sus casas de madera y barro o sus edificios medievales nos hará desconectar del ritmo habitual.
Actividades como senderismo, trekking, bicicleta de montaña, montañismo o barranquismo son las más habituales en la comarca de Gata, aunque si se quiere practicar deportes más extremos hay una amplia oferta de clubes y empresas de aventura. Para los que busquen sol y agua es una zona característica por sus bellísimas piscinas naturales.
En su gastronomía abundan las setas, que se encuentran por muchas zonas y los cocineros de la comarca las preparan de multitud de formas, tienen gran tradición los guisos y son exquisitos los embutidos. También tienen un montón de dulces y postres típicos de elaboración artesanal. Todo ello abundantemente regado por su fuerte vino de pitarra o acompañado de sus exquisitos licores a base de aguardiente.
Marga G.-Chas Ocña