Además de increíbles posibilidades culturales, Extremadura se esta especializando en el llamado turismo activo o de aventura para todos aquellos que quieren probar experiencias diferentes o disfrutar de los espacios naturales de forma proactiva. El límite lo pones tu, lo que el cuerpo aguante y el miedo, que es libre.
Deportes acuáticos y subacuáticos: Windsurf, Buceo; Paintball; Quads, Rutas a Caballo, Tiro con Arco, Escalada, Rappel, Tirolina, Puentes Motos, Rutas en bicicleta, Caza Simulada en 2D, Senderismo, Vuelo en Globo, Vuelo en Parapente, Piragüismo, 4×4, Puenting, son solo algunas de las actividades en las que puedes participar.
Empezaremos por lo mas habitual y más al alcace de todos, que es sin duda el senderismo, aunque uno puede practicarlo por su cuenta, y es muy fácil encontrar rutas ya diseñadas con distintos grados de dificultad -suelen ofrecer información en los mismos hoteles o en oficinas de turismo de la zona a la que vayamos- también podemos contactar con los numerosos clubes y asociaciones, que nos proporcionan infraestructuras y sobre todo experiencia y conocimientos para escoger el mejor recorrido para nuestra capacidad y poder disfrutar mas de la naturaleza. Recomendamos cualquiera de las múltiples rutas que se pueden realizar por el Parque Natural de Monfragüe, que se pueden compaginar con fotografía, observación de fauna, paisaje y birdwatching de aves rapaces.
Pero las posibilidades son innumerables, tienes rutas desde cada pueblo, tanto culturales como naturales, rutas de los dólmenes, rutas de castillos, de ermitas. Rutas por valles, rutas de sierras y montaña, tanto para hacer por tu cuenta, en grupos como organizados desde clubes o asociaciones. Hay rutas para todos los gustos y niveles, tanto para jóvenes, rutas de paseo para los menos deportistas, como para realizar juntos toda la familia. Aconsejamos buscar alojamientos rurales, que son muy creativos en este tipo de turismo, y son una de las especialidades de Extremadura, tanto por la cantidad como por la calidad de este tipo de alojamientos.
Marga G.-Chas Ocaña