Pero de todos los grandes viajeros de la Historia de Extremadura, el más popular y carismático de todos los conquistadores sea sin duda Hernán Cortés.
Cortés era hidalgo, de Medellín, Badajoz. Enviado a Salamanca a estudiar leyes se dedico a sus dos principales aficiones, el juego y las mujeres, por lo que su padre lo echó de casa, así que se embarcó a la aventura. Desembarcó en Santo Domingo donde casi muere de fiebres. Allí trabajó como plantador y funcionario con la ayuda del negro Tadeo. Participó en la expedición de Cuba, de la que fue alcalde, fue encarcelado por conspiración y se le atribuye la conquista de México con 800 hombres, aprovechando la circunstancia, eso sí, de que Moctezuma II estaba convencido de que Cortés era el dios Querzalcóatl.
En 1520 el emperador azteca Moctezuma fue asesinado por Hernán Cortés que raptó a sus tres hijos y los trajo de vuelta a España. Al príncipe y heredero Tohualicahualzin lo bautizaron como Pedro y vivió en Castilla, a las princesas Xipaguazin y Telacuazin las bautizaron María e Isabel, las casaron con dos barones catalanes que eran primos. En la actualidad, un descendiente directo de María, y legítimo heredero de la corona azteca es un industrial barcelonés.
Cuentan que en una ocasión visitando a Carlos I, cuando el rey le preguntó -¿Quién sois?, Cortés más chulo que un ocho le respondió: “Soy un hombre que le ha dado más provincias a su Majestad que ciudades le dejaron sus antepasados”.
Marga G.-Chas Ocaña