El Verano en Extremadura puede llegar a ser realmente caluroso, para aliviar los efectos del calor, nada mejor que los remojones en las numerosas piscinas naturales, o no tan naturales, en cuyos alrededores, además se concentran el turismo activo, lugares de ocio y alojamientos rurales. Estas son las piscinas más visitadas
La Piscina de Robledillo de Gata está a las afueras de la localidad, en la parte más alta, su acceso es por las estrechas calles del pueblo y el aparcamiento es pequeñito, por lo que hay que ir preparados para caminar. Lo asombroso de Robledillo no es su tamaño, ya que sólo mide 35 metros de largo por 7 de ancho, con una profundidad máxima de tres metros, lo que la hace única es su temperatura, que hasta en las fechas más calurosas no supera los 18ºC. Sus aguas cristalinas proceden del curso del río Arrago.
Las piscinas extremeñas son muy distintas entre sí, algunas son puramente piscinas fluviales, cuyas riberas se convierten en centros de ocio, con embarcaderos, espacios para el baño, etc… otras son profundas pozas que se originan en las profundidades de gargantas talladas como a cuchillo.
En la comarca de la Sierra de Gata hay tres piscinas naturales que destacan por su gran tamaño, son embalses de agua perfectamente acondicionados para el disfrute en verano, el agua es fresca, los accesos fáciles y cómodos, las instalaciones preparadas para disfrutar, y suele haber algún chiringuito cerca.
Las piscinas naturales más grandes de Sierra de Gata están en Hoyos, Cadalso y Acebo. En Acebo están también la espectacular cascada y el embalse de la Cervigona, un embalse formado en el río Carreciá por una presa que se utiliza para generar energía eléctrica, con aguas son frías y tranquilas al tratarse de un embalse. Se accede a través de una pista forestal, es una zona tranquila, sin servicios, que se encuentra ubicada en la ruta senderista de la Cascada de la Cervigona.
Pero no todo es el tamaño, hay piscinas naturales más pequeñas pero perfectamente acondicionadas, como las de Perales del Puerto, Hernán Pérez, Villasbuenas de Gata y Gata o el Puente de la Huerta, que tienen su césped, sus zonas de sombra y el ambiente del chiringuito.
Marga G.- Chas Ocaña